“¿Empoderamiento o emancipación? Interpretaciones desde Finlandia y más allá”
En primer lugar, el artículo realiza una breve descripción de diferentes definiciones del concepto empoderamiento en Finlandia. Sanna Ryynänen y Elina Nivala escogen este caso ejemplar para estudiar la controversia conceptual que se da, porque en el idioma finlandés existen muchos enfoques, campos de uso, significados, ambigüedad y complicación del concepto emancipación, que puede derivar en problemas éticos. En el debate finlandés se identifican dos enfoques generales a nivel internacional: una interpretación más estructural del concepto, y otra orientada al individuo. Se pueden agrupar, dicen las autoras, en dos raíces, una que parte del poder visto como autoridad o influencia, y otra que es fuerza, energía, vigor. Muchos estudios, también en el caso finlandés, afirman que la perspectiva individual ha alcanzado más aceptación, pero desde el término más individual pueden presentarse también elementos del enfoque estructural.
Según el análisis de Tapio Kuure que resalta el artículo, el vocabulario sobre empoderamiento ha llegado desde la política de juventud de la Unión Europea: el YouthAct (72/2006), donde se definió empoderamiento social como área y objetivo del trabajo con jóvenes. El empoderamiento social como término, concluyen Ryynänen y Nivala, hunde sus raíces en el concepto de empoderamiento, pero sus interpretaciones se han desvinculado de las ideas de poder, participación y ciudadanía. Este concepto ha sido aceptado como parte del vocabulario en las políticas de juventud y educación, y ha ido adquiriendo otras acepciones individuales para cumplir expectativas de necesidades sociales y de responsabilidad propia.
Se analiza también el papel y uso del empoderamiento en el debate teórico y práctico de la Pedagogía Social en Finlandia. A la parte teórica, señalan las autoras, no se le ha dado mucha importancia; y la práctica se usa para describir el modo de trabajo como algo dialógico, comunal, interactivo y creativo. Mientras que el concepto emancipación está mucho más presente, y es más apropiado, según las autoras, en el uso del contexto de la Pedagogía Social en Finlandia. Otra razón por la que incluyen el concepto emancipación, el escapar de la peculiaridad del idioma finlandés a partir de la literatura internacional sobre la relación entre ambos conceptos. El uso de “emancipación” ha disminuido y se ha fortalecido el uso de “empoderamiento” en los objetivos de los proyectos educativos. La segunda razón se inserta en el campo de la Pedagogía Social.Ven el empoderamiento como un término nuevo, “menos político” que emancipación, alejado en sus usos actuales a las raíces familiares de su historia si se analiza desde el marco crítico sociopedagógico.
Las autoras entienden ambos conceptos como los define Inglis (1997, 4 p.). La emancipación como “analizar, oponerse y desafiar a las estructuras de poder”, y el empoderamiento como “individuos desarrollando habilidades para actuar con éxito en el sistema y estructuras de poder existentes”.
“Percepción de los jóvenes sobre los espacios y momentos en sus procesos de empoderamiento”
Para llevar a cabo esta pesquisa se parte del concepto de empoderamiento de Soler et al. (2017), y del posicionamiento desde dos enfoques: desde las capacidades personales y los medios a través de las cuales es posible adquirirlas, desarrollarlas y ponerlas en juego; y desde las personas, grupos, comunidades en las vidas de estos que pueden posibilitar o inhibir la toma de decisión y acción.
El objeto general de este estudio, según se clarifica,fue explorar el empoderamiento juvenil a través de la percepción subjetiva de una población de 890 jóvenes catalanes de entre 19 y 25 años de edad, a los que se les aplicó un cuestionario entre julio y diciembre de 2015. Estos jóvenes se escogieron porque su perfil socio-económico impactaba negativamente en términos de acceso a la educación, a la vivienda y al mundo laboral. También se atendió a su vida familiar, participación social y emancipación.Específicamente se identificaron espacios, incidentes críticos, etapas de la vida de los y las jóvenes en las que se dieron con mayor intensidad o se produjeron empoderamiento juvenil.
Según la metodología utilizada en la investigación, las vivencias importantes, espacios y etapas de la vida, son dimensiones que formaron parte del instrumento lexicométrico del análisis, y al que se le aplicaron unas variables que por cada ítem se han valorado del 1 al 4 (de “nada” a “mucho”) usando las dos dimensiones que según el posicionamiento teórico de los autores componen el concepto (Úcar et al. 2016): el desarrollo de las capacidades para actuar autónomamente, y la aplicación de esas capacidades para actuar sobre su propia vida.
Tras aplicar análisis descriptivos y pruebas bivariantes, se obtuvieron unos resultados que dieron lugar a las siguientes discusiones y conclusiones:
- Las autoras de esta sección consideran que este trabajo rompe el sesgo adulto-céntrico en el empoderamiento y se ha conseguido presentar autopercepción juvenil de las citadas dimensiones.
- Los espacios más valorados por los y las jóvenes son los contextos más próximos (familias y amigos).Se identifican espacios que favorecen más a una dimensión que a otra respecto del empoderamiento: las ONG, asociaciones de carácter cívico, espacios de tiempo libre y organizaciones laborales o profesionales como sindicatos, desarrollan las capacidades para actuar de forma autónoma.Además, se dice que existe relación entre todos los espacios y la dimensión que contribuye a la tomar decisiones autónomas, ensayar y aplicar las capacidades, como ocurre a través de espacios políticos y sociales y la dimensión formativa.
- Sobre las experiencias vitales y su contribución al empoderamiento, los y las jóvenes consideran que emanciparse o tener una experiencia internacional tienen gran fuerza empoderadora, así como las que requieren una actitud de superación personal porque les supone un aprendizaje que les lleva a tomar decisiones de vida importantes. A la contra, se valoran poco como fuente de empoderamiento las experiencias que suponen fracasos, quedarse sin trabajo, sufrir una enfermedad o hacer pública la orientación sexual. Esto sugiere, según las autoras,la necesidad de profundizar en los trabajos sobre resiliencia o capacidad de superación como factor de empoderamiento juvenil.
- La edad, la etapa vital, sí desarrolla capacidades para el empoderamiento, porque conlleva experiencia y formación; pero el grado en que el contexto permite aplicar estas capacidades no tienen una relación clara con la edad.
“Evaluación participativa del empoderamiento juvenil con grupos de jóvenes. Análisis de casos”
Esta investigación se enmarca en el “Proyecto HEBE (I+D+I).El empoderamiento de los jóvenes: Análisis de los momentos, espacios y procesos que contribuyen al empoderamiento juvenil” para orientar las políticas de juventud y el trabajo en el ámbito juvenil.La base teórica de este proyecto es la evaluación participativa explicada en el apartado uno de este artículo. Los autores Xavier Úcar et al. la definen como el “proceso evaluador en el que personas entrenadas, metodologías y técnicas evaluativas desarrollan actividades de evaluación con otras personas no capacitadas en aquellas prácticas”.De los principales modelos de evaluación orientados a la participación clasificados por Nuñez et al. 2014, los investigadores creen que los de evaluación participativa transformadora y empoderadora se ajustan más al trabajo con jóvenes, aunque todos los modelos se constituyen como procesos educativos.
Se describe la selección de casos como cuatro grupos de evaluación participativa que lo conforman dos miembros del equipo de investigación, un facilitador/educador social, y un total de 42 jóvenes de entre 14 y 25 años, de Cataluña y Madrid. El criterio de selección atiende a si son emancipados o no, trabajan o no, por paridad de género, si son autóctonos o extranjeros, y si su trayectoria es universitaria o no.
El objetivo principal es construir el significado conceptual, evaluar el concepto de empoderamiento elaborado por el equipo de investigación, así como una batería de sus indicadores, así como relacionar dichos indicadores con los espacios, momentos y procesos que se desarrollan en la vida cotidiana de estos y estas jóvenes. Adicionalmente, cada objetivo se explicita en las sesiones centrales del proceso de evaluación, que tuvo lugar entre enero y junio de 2016. De las seis sesiones con los grupos se utilizaron tres sesiones de información, presentación del proyecto y construcción del criterio en los y las jóvenes para que charlasen sobre lo que significaba estar “empoderado”. La sesión de cierre se dedicó a un debate con ellos y ellas para observar y evaluar lo que habían aprendido.
El análisis de los grupos lleva a los autores a las siguientes conclusiones:
- En todos los grupos se relaciona el empoderamiento con algún tipo de enriquecimiento o mejora de tipo personal o grupal, y queda conectado con términos como seguridad, confianza en uno mismo, fuerza de voluntad y capacidad de imponerse a las dificultades.
- Todos los grupos validan la definición del equipo de investigación, y la batería de indicadores. Pero cuestionan el indicador eficacia como poco relevante, y diferencian en el aspecto individual y comunitario tanto el indicador identidad y conocimiento. Realizan una jerarquización de indicadores en el que autonomía y autoestima son los más importantes.
- En todos los grupos se tratan los espacios, momentos y procesos de empoderamiento juvenil desde las vivencias y experiencias personales. En vinculación a este empoderamiento juvenil, los espacios se relacionan con el ámbito familiar, escolar y las amistades. Según las características y los grupos, también parece significativo el espacio extracurricular, la calle y el espacio asociativo. Los procesos, de forma transversal a los espacios, tienen que ver con las vivencias de éxito, de superación, de ser importante para alguien o de sentir bienestar.
- Los autores valoran que la evaluación ha resultado ser una estrategia de intervención socioeducativa muy adecuada para ayudar a las personas jóvenes participantes a construir perspectivas diferentes, y a dotarlas de instrumentos de análisis que les sirvan para introducir cambios en sus propias vidas.
“Explorando momentos clave para el empoderamiento de jóvenes a partir de sus relatos”
Al igual que el texto anterior, es un estudio basado en la investigación HEBE. Luego, los resultados del análisis, dice Asun Llena-Berñe et al., se usarán para la construcción colectiva de indicadores de empoderamiento para el proyecto. El objetivo de esta observación es mostrar el testimonio subjetivo de los y las jóvenes para identificar los momentos, espacios y procesos que han contribuido a su empoderamiento, y explorar los elementos que se ponen en juego con ello.
La metodología está basada en relatos de vida.Para ello, se seleccionaron seis participantes (de 11 entrevistas iniciales a jóvenes que propusieron entidades y asociaciones) de entre 25 y 29 años de edad, cuyos criterios de selección fueron: la diversidad de género, el lugar de residencia (rural y urbana), así como la trayectoria formativa, las diferentes situaciones laborales y las experiencias vitales, ser autónomos y responsables.En el proceso narrativo, se realizaron dos entrevistas en profundidad a cada joven seleccionado, poniendo como punto de partida la exposición de la definición de empoderamiento. A posteriori, los autores preguntaron por el objeto de exploración, y sobre cuestiones que consideraban que habían tenido cierto impacto en su vida y le hubieran permitido empoderarse.Para analizar los relatos se utilizó una exploración categorial-temática, y para garantizar la confiabilidad y validez de los resultados, la triangulación de investigadores. El cuerpo documental se codificó y Asun Llena-Berñe et al.estudiaron las percepciones a través de intra-relato sobre las principales situaciones de empoderamiento, poniéndose en común para un análisis inter-relato más detallado.
Se presentaron once categorías en los resultados obtenidos a partir del análisis intra-relato, y un estudio de contenido temático con subcategorías, que permitió verla interrelación entre los espacios, los momentos y los procesos. Además, los autores extrajeron las siguientes conclusiones:
- Los espacios son referencia, ofrecen seguridad y desarrollan la confianza, impulsando los momentos o procesos. Sobre todo cobra valor los incidentes críticos y cómo se resuelven.
- La adolescencia, como categoría, dota de relaciones y acciones que favorecen el desarrollo de elementos como la seguridad, la confianza y autoestima. Así como los cuestionamientos del entorno, y la mirada de los otros.
- Los contextos de oportunidad permiten poner en práctica las capacidades a partir de la propia elección. Por otra parte, los conflictos, cuando pueden ser gestionados y resueltos, ponen en juego competencias y habilidades y emerger otras nuevas.
- Por último, y contrariamente a lo que pensaban a priori los investigadores, las nuevas tecnologías no se muestran como un espacio, pero sí como un instrumento para fomentar las relaciones.